En el centro del casco antiguo, en la parte de la ciudad vieja que las fuentes notariales del siglo XVI indican como vicinio de “San Gregorio de’ Falconibus” o de “Palmentiello”, se encuentran las casas representativas del “palatiate” en el tardo siglo XVI con decoraciones barrocas y patios internos al aire libre, entre los que destacan el Palazzo Simi y el Palazzo Sagges.
El Palazzo Simi, vivienda aristocrática de la segunda mitad del siglo XVI, recibe su nombre de la familia noble Simi de Burgis, que compró el edificio en 1670 y se instaló a principios del siglo XX. El palacio da a la Strada Lamberti y a la Strada Sagges, con una elegante fachada no uniforme dada por la integración de distintos elementos, reflejando así la construcción relativa a los palacios en Bari entre los siglos XVI y XVII.
Su imagen es, esencialmente, de tipo renascentista con huellas de algunos elementos ya existentes, entre ellos, una portada de arco peraltado que se remite a la época medieval. El palacio fue construido sobre los cimientos de una iglesia bizantina anónima del siglo X (que, a su vez, surgía sobre los restos de la época imperial) dedicada a San Gregorio de Falconibus, según documentos notariales, de los que se pueden notar en el subsuelo del palacio, tiene tres ábsides y el altar, recién consagrado al culto.
Muy interesante es la decoración mural (que sobrevivió parcialemente a la demolición del siglo XII) que se halla en la parte inferior del ábside central: figuras fragmentarias de cuatro Padres de la Iglesia en vestidos obispales ricamente decorados y coloreados, que destacan sobre el azul del fondo.
En el subsuelo, a 2,50 metros de profundidad del nivel del entablado actual, se accede a la área arqueológica por la escalera que bordea el antiguo horno del edificio, utilizado en el barrio hace algunas décadas y ahora apagado pero enmarcado por algunas cerámicas de empleo doméstico, por una mesa y cocina, de la misma época que el edificio, encontradas durante las excavaciones arqueológicas.
Desde 1999, el Palazzo Simi recibe al “Centro Operativo per l’Archeologia”. En la primera y segunda planta del edificio, están emplazados los despachos y los laboratorios de la Superintendencia, mientras que las salas de la planta baja están destinadas a exhibiciones temporales y a congresos.