El Palacio Arzobispal o del Episcopio, sede del arzobispado y, desde 1610 del Seminario, se encuentra en la esquina entre la Strada Ronchi y Corte San Triggiano. La características actuales del edifcio- de planta rectangular repartida en tres niveles con dos alas que se extienden hacia la catedral- son frutos de importantes obras estructurales y arquitectónicas realizadas en el siglo XVII y XX. Su monumental fachada barroca se abre en un patio encerrado en tres lados del palacio por la fachada sur de la catedral y por otros edificio menores. En el centro del patio se halla la “guglia”, una columna monolítica de granito, apoyada sobre un alto zócalo y rematada por una estatua de dimensiones naturales que refigura a San Sabino, primer protector de la ciudad . Su fachada fue restaurada en estilo barroco por el arquitecto Domenico Antonio Vaccaro bajo comisión del arzobispo Muzio Gaeta Iuniore (1736-1754). Si se observa la elegante fachada, es evidente la diferencia entre la primera planta y las otras dos: en efecto, en el primo fueron trasladado los estucos del siglo XVIII durante las operaciones de restauración realizadas en los años Sesenta. Hoy, se puede ver la estructura medieval originaria, caracterizada por grande arcos ciegos de estilo románico, todavía cubierto en los lados. Sin embargo, en este nivel, una azotea con balaustrada adornadas por siete bustos (antes eran catorce bustos de mármol blanco de Carrara) , aporta más monumentalidad a toda la estructura. En las plantas superiores, los estucos del siglo XVIII adornan las cornisas de las ventanas: en el segundo nivel, de fuerte matiz decorativo con elementos sinuosos y friso grandes; en el tercero nivel, se vuelven más linear y sobrios pero con dos ligeras volutas laterales.
La primera planta del palacio recibe el Museo Diocesano , el más hermos de toda la ciudad vieja, fundado en 1981: la exposición se articula en cinco salas y ofrece al visitante un auténtico “viaje” para descubrir la evolución de la catedral y de la comunidad eclesiástica de Bari. Muy interesante es la exposición de los “Exultet”, maravillosos rollos de pergamina miniados utilizados en ocasión de las celebraciones nocturnas de Pascuas, según la liturgia bizantina.