La Basílica de San Nicolás fue construida hacia fines del siglo XI para acoger y venerar las reliquias de San Nicolás que llegaron a Bari el 9 de Mayo de 1087 desde la homónima iglesia de Myra en Licia. Representa el prototipo del estilo románico pugliese y está insertada entre los espacios de la antigua ciudad fortificada, ya ocupada por la Corte del Catapano. Es el elemento principal de la Cittadella Nicolaiana , junto con los edificios construidos a lo largo del tiempo que comprenden:
- la iglesia de San Gregorio, la iglesia más antigua de la ciudad todavía consagrada;
- el convento;
- la biblioteca y el archivo de la Basílica en el que se conserva la documentación en papel y pergaminos de gran interés histórico;
- el Centro Studi Nicolaiani;
- el denominado Portico dei Pellegrini (hoy totalmente destruido por culpa de las obras de restauración de los años Cincuenta), ubicado en el área que hoy está ocupada por el Colegio Secundario – San Nicolás;
- el Museo Nicolaiano, inaugurado el 6 de Febrero de 2010, en el que se exhiben todas las piezas preciosas procedentes del Archivo y del Tesoro de la Basílica.
Por centenares de años, la Cittadella Nicolaiana, por motivos de seguridad, ha sido circundada por sólidas paredes interrumpidas por tres puertas que permitieron la entrada: desde Via Palazzo di Città, del arco angevino y de Via Vanese. La Basílica es a su vez circundada por tres plazas, hoy en continuación directa entre ellos, resultado de los trabajos de restauración ejecutados en el siglo pasado que han modificado significativamente la instalación urbanística. En los años Treinta, antes de la construcción del paseo marítimo, la ladera oriental estana flanqueada por el mar; en aquella época la principal calle de acceso a la plaza fue la “ruga Fragigena” correspondiente al actual plano de la Via Palazzo di Città, recorrido que los romeros siguieron para honrar al santo protector, punto de encuentro entre Oriente y Occidente.
Las obras de construcción de la cripta, destinados a hospedar los restos del santo, empezaron en 1087 por orden del abad Elia y se concluyeron en 1089 con su consagración por parte de papa Urbano II. En cambio, la construcción de la basílica continuó con el sucesor de Elia, el abad Eustazio, hasta la consagración ocurrida el 22 de junio de 1197.
Hasta fines del siglo XIX, el edificio ha estado sometido a periódicas refundiciones que han modificado el aspecto originario sin comprometer con ello su integridad. Al principio del siglo XX, en cambio, el Ministerio de la Justicia y por los Asuntos de Culto inauguró la estación de las “Grandes Restauraciones” (1925-1934) que nos ha devuelto la basílica en su aspecto actual.
Realizada en parte anteriormente con piedra calcárea empleadas en otros edificios, se presenta con una fachada principal encerrada entre dos torres: “Torre del Catapano” a la derecha, “Torre delle Milizie” a izquierda, de diferente altura y factura. La fachada da al exterior, con pilastras salientes y tres portales de acceso, la tripartición interior en naves. El portal mediano, más grande y ricamente impreso, es caracterizado por un fuerte simbolismo; éste evoca al Cristo victorioso sobre las tinieblas del paganismo expresadas en las decoraciones de la arquivolta , de la escultura que representa una esfinge sobre la cúspide del protiro y de los bueyes que sustentan las columnas octagonales a los lados de la portada.
La severidad típica del estilo románico está suavizada en la fachada por la presencia de vanos, ventanas geminadas en más niveles y de un óculo central. El estilo está suavizado también a lo largo de las lados del edificio, de extensión diferente, por la realización de profundos arcos ciegas y logias de seis vanos. En el lado norte destaca la hermosa portada de los Leones.
El interior con planta de cruz latina commissa, es decir con el transepto puesto al final de la nave, está dividido longitudinalmente en tres naves por columnas y pilares maestros. La nave central está cubierta por un espléndido techo de madera, ricamente decorado por el pintor bitontino Carlo Rosa. Al final de la nave central, se encuentra el altar mayor, superado por el más antiguo tabernáculo de Apulia, del siglo XII, y el ábside que hospeda la “Cattedra di Elia ”, silla episcopal de mármol, de fines del siglo XI y principios del siglo XII. En la decoración musivaria que enmarca la Cattedra es posible notar la presencia de carácteres cúficos con la inscripción “Allah” que algunos lo han interpretado como testimonio del multietnicidad del peonaje utilizado durante las obras de construcciones.
Detrás de la silla episcopal se encuentra el monumento fúnebre tardío del siglo XVI de Bona Sforza, Duquesa de Bari y Reina de Polonia: entre dos figuras femeninas semidesnudas,que representan Bari y Polonia y dos imágenes de San Nicolás y San Estanislao, están inhumados los restos de la Regina, inicialmente enterrados en la iglesia catedral .
Otras obras de gran relevancia son:
- en el ábside izquierdo: la pala de la segunda mitad del siglo XV es atribuida al Vivarini, pintor veneciano activo en Apulia, que representa por una parte una conversación sagrada entre los santos Santiago y Ludovico y Nicolás y Pedro por otra; al centro está la Virgen en el trono con el Niño .
- En el transepto de la derecha: el Altare d’argento (Altar de Plata, 1319 -1684) donado en 1319 por el zar serbio Uroš II Milutin para colocar la tumba del santo en la cripta. En 1684 la Basílica encargó a dos artistas napolitanos, Domenico Marinelli y Ennio Avitabile, la reconstrucción del altar en el estilo dominante de la época, el Barroco.
- Sobre el altar del ábside de derecha: el tríptico (1451) de Andrea Rico da Candia (pintor muy activo en el siglo XV en diferentes ciudades italianas). La Virgen de la Pasión que está representada aquí como en otras ciudades (Bérgamo, Florencia, Parma entre estas), está incluída en un contexto devocional conforme a la localidad en cuestión: se encuentra entre San Nicolás a la derecha y San Juan Evangelista a la izquierda.
Desde las naves laterales, mediante dos escaleras monumentales, se accede a la cripta que recibe las reliquias del santo. De particular relevancia es la coexistencia al interior de la cripta de una capilla ortodoxa y, por lo tanto, de dos altares: uno es dedicado al ritual católico y el otro al ritual ortodoxo, (único ejemplo en el mundo católico a testimonio de la vocación ecuménica de la tierra de Bari). La basílica ha mantenido por los siglos su función de polo de romería, representando un punto de referencia para devotos procedentes de cualquier parte del mundo, sobre todo de la Rusia ortodoxa, particularmente devtos al santo. Elementos característicos de la cripta son los capiteles muy diferentes entre ellos y algunos llamados “bifronte”. En el rincón a sur, se encuentra la columna “milagrosa” de pórfido.